El municipio
Los orígenes indígenas de nuestro municipio, guardan relación con las aún no suficientemente investigadas migraciones bereberes desde el cercano continente hasta las islas Canarias. Su irrupción en la historia europea se produce en tres etapas bien diferenciadas: la primera, hasta 1391, a través de las noticias de viajes y viajeros medievales, a la búsqueda de esclavos, productos tintóreos (púrpura) e imaginarias riquezas y paraísos perdidos (Jardín de las Hespérides). A partir de 1391 y hasta 1402, se considerarán como parte de Génova, en base al poco conocido viaje de Lanceolotto Malocellus y el primer Portulano que sitúa en la costa occidental africana a Lanzarote y Fuerteventura, signadas por la bandera con el campo de gulas de la República italiana. Finalmente, con la expedición dirigida por los nobles normandos Jean de Bethencourt y Gadifer de La Salle, saliendo en 1402 del puerto de La Rochelle y arribando a las playas del Papagayo, en Yaiza, el 7 de julio de ese mismo año.
En 1404, por una Bula Papal de Benedicto XIII, se declara al asentamiento normando como ciudad de San Marcial del Rubicón y a su iglesia como Catedral y sede religiosa de Canarias (Obispado Rubicense). Una sede que se trasladará al Real de Las Palmas en 1485, una vez culminada la conquista de dicha Isla.
A partir de 1420, los títulos normandos serán cedidos a los señores sevillanos de Las Casas (de igual origen francés) y, con posterioridad, a la familia Herrera (1430). Sin embargo, el dominio señorial castellano será duramente cuestionado por los portugueses, quiénes ocuparán la isla durante un corto período de tiempo y mantendrán sus pretensiones sobre la misma hasta que los Tratados de Alcaçobas (1479) y Tordesillas(1499) entre Castilla y Portugal concluirán con dicha pugna.
Los diversos ataques piráticos berberiscos, especialmente los dirigidos por Arráez, acabarán por arruinar y destruir la Ciudad de San Marcial del Rubicón, obligando a sus iniciales pobladores a buscar un asentamiento interior más seguro. Surgen, desde el s. XVI, Femés, Yaiza y Uga que conforman, durante casi tres siglos, los centros neurálgicos del hoy municipio de Yaiza.
Su población, sin duda escasa entre los siglos XV-XVI, evolucionará desde los 440 vecinos de 1676 a los 828 de 1688, manteniéndose prácticamente estancada hasta la década de los años setenta del s. XVIII. La brutal erupción del Timanfaya, entre 1730-1735, arrasará la mayoría de los pequeños asentamientos y forzará a la emigración de la inmensa mayoría de sus pobladores. Así, mientras que el censo de 1733 aún refleja 869 vecinos, el de 1737 los reduce a sólo 210. El censo de Aranda, en 1769, eleva la cifra de habitantes a 1367, experimentándose una recuperación puesta de relieve en el Censo de Floridablanca (1787), con un total de 1745 habitantes, lo que representaba el 13,6% del total insular. En 1802, los datos de Escolar, sitúan la población en 2151 habitantes que constituirá, hasta la década de los ochenta del siglo XX, una cifra que experimentará escasas variaciones.
No debemos olvidar que hasta bien avanzado el siglo XVII, estos censos incluían la población del hoy municipio de Tías (Tías, Macher, Masdache, Tegoio, Temuyme, etc.)
Yaiza y Femés, desde 1808 y hasta 1952, se constituyeron como dos municipios independientes.
Será a partir de la década de los noventa, con el auge del sector turismo y servicios, cuando el crecimiento poblacional se dispare. Así, de los 2675 habitantes de 1991 y los 3.909 de 1996, se pasa a los 4.200 de 1998 y los 6491 de 2000. Un vuelco poblacional que refleja un incremento del 39,4% en el periodo 96/00 y del 35,6% en el 98/00. En la actualidad cuenta con unos 14.303 habitantes.