El Gobierno escucha la preocupación de Yaiza y los marineros por las jaulas marinas en Playa Blanca

El viceconsejero de Pesca asegura que al proyecto aún le quedan trámites por salvar. Gladys Acuña y representantes de la Cofradía exponen los peligros de esta iniciativa para la pesca y el turismo.

La alcaldesa de Yaiza viajó a Las Palmas con los que más saben de lo que se está hablando: los marineros de Playa Blanca. Acompañada de Cristo Caraballo y Reyes Sepúlveda, vicepatrón y secretaria de la Cofradía de Pescadores, Gladys Acuña se entrevistó este miércoles con Juan Manuel Soto, viceconsejero de Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, para exponerle claramente todos los temores que supone la mera posibilidad de que frente a la costa de Playa Blanca se instalen 8 jaulas marinas de 50 metros de diámetro.
La delegación sureña regresó relativamente tranquila después de escuchar la versión del Gobierno. Soto precisó que el Ejecutivo estaba en la obligación de dar trámite al proyecto presentado por un particular, pero que ese acto administrativo en ningún momento suponía que el mismo tuviera todas las bendiciones, de hecho, el viceconsejero advirtió que el proyecto tenía que salvar varios procedimientos tanto en el Gobierno regional como en Costas.

En cualquier caso, la publicación en boletín oficial de la Resolución del Gobierno por la que se aprueban las bases que han de regir el concurso público que selecciona un proyecto para el otorgamiento de una concesión acuícola frente a Punta de Pechiguera,  ha causado enorme preocupación en el Ayuntamiento de Yaiza, el sector primario y la industria turística.

Peligros del proyecto

La Cofradía de Pescadores enumeró a Juan Manuel Soto uno a uno los peligros que para la pesca encarna la actividad acuícola en ese punto específico de Playa Blanca y toda la costa del municipio de Yaiza y la alcaldesa remarcó el perjuicio que supone para el medio ambiente y la industria turística.

Cristo Caraballo sostuvo que en Playa Blanca todavía hay muchas familias que viven de la pesca. “Las jaulas se cargarían el caladero de carnada y acabarían con el calamar que cogemos en la zona”. En sus alegaciones la Cofradía se muestra en contra de la cría de lubina, medregal y atún rojo y de la implantación de jaulas por entender que es perjudicial para el fondo marino, para su ecosistema de cría de alevines autóctonos y por el impacto económico que afectaría a los hogares que dependen de la actividad pesquera en el sur. La Cofradía de Playa Blanca tiene inscritos 14 barcos pesqueros.

También en el turismo

Gladys Acuña insistió en el daño paisajístico, “con un gran impacto visual en Pechiguera”,  que lesionaría seriamente los intereses del primer núcleo turístico de Lanzarote, argumento que respalda íntegramente la patronal  Asolan y los comerciantes de Playa Blanca asociados en Asemcom. El Ayuntamiento de Yaiza también advierte del posible obstáculo al tráfico marítimo.

La Cofradía detalló el perjuicio de la cría de lubina, “considerado un depredador nato de otras especies”, advirtió de la falta de mantenimiento y seguridad de las jaulas marinas que provocaría el escape masivo de lubina, la afección al mercado por la venta de medregal y atún rojo alimentado con pienso y de un componente socioeconómico de peso: “todas las empresas de acuicultura que se encuentran en Canarias no obtienen beneficio alguno, sobreviviendo gracias a subvenciones, mucho más altas que las del sector profesional, lo que hace que recorten sus gastos en salarios y sobre todo en seguridad”. Los marineros exigen además un estudio de viabilidad económica.

La oposición de la Cofradía y del Ayuntamiento es tajante no sólo porque se pone en peligro el ecosistema endémico, sino porque atenta, sobre todo, contra la economía del sector primario, razones que el Gobierno escuchó y prometió estudiar.

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