Yaiza da visibilidad al Día de la Muerte Perinatal (15 oct)
El Molino de Yaiza se ha iluminado de rosa y azul durante el fin de semana para visibilizar el Día Internacional de la Muerte Perinatal, el 15 de octubre, uniéndose así el Ayuntamiento sureño, a través del Área de Servicios Sociales que dirige Karina Centeno, a esta iniciativa planetaria que cumple más de 20 años como un guiño de sensibilización sobre la muerte y el duelo gestacional y neonatal en apoyo a familias y ONGs, como es el caso de las entidades Umamanita, La red del hueco de mi vientre y el grupo Magma, que solicitaron a la Administración presidida por Óscar Noda el apoyo institucional de Yaiza.
La finalidad del proyecto es concienciar sobre la muerte perinatal, reconocer el significado de la pérdida de un bebé y disminuir el estigma y el tabú que, a menudo, obliga a las madres y padres a vivir el duelo en silencio y sin el apoyo adecuado.
En España este proyecto de iluminación de monumentos y edificios públicos comenzó su andadura en 2019, en Valencia y Galicia, donde se iluminaron varios edificios y monumentos. Cada año son más ayuntamientos y consejerías de Sanidad que se suman a esta iniciativa y ya en 2022 fueron 167 edificios y monumentos iluminados en 15 comunidades autónomas y 42 provincias.
“Compartimos el sentir de familias y colectivos sobre la necesidad de una mayor comprensión y apoyo en relación a la pérdida en cualquier etapa del embarazo o después del parto. Tenemos que seguir avanzando hacia una sociedad más empática y solidaria a la que sí le deben importar los problemas o preocupaciones de la colectividad”, anota la concejala Karina Centeno.
Los datos estadísticos desvelan que estas pérdidas en España afectan cada año a entre 80.000 y 90.000 mujeres, a sus familias y a su entorno más cercano.
Muchas madres y padres describen la pérdida de un bebé como la peor experiencia de su vida, pero a menudo el entorno socio familiar reacciona con silencio, incomodidad e indiferencia. Esta incoherencia duele y confunde, agravando y empeorando un sufrimiento que ya es inmensamente difícil.