Pregón y noche de emociones en Yaiza

El pregón del doctor Francisco Padrón Viñas abre la primera jornada de celebraciones en honor a la virgen de Los Remedios.

Las innumerables muestras de afecto trasmitidas por los vecinos de Yaiza a Don Francisco Padrón Viñas, tras pregonar las fiestas de Remedios, son una muestra inequívoca del respeto y admiración que el pueblo tiene al ilustre médico de 91 años de edad. La alcaldesa, Gladys Acuña, presentó al doctor Padrón como un profesional de auténtica vocación de servicio unido por más de treinta años a la atención de enfermos en el municipio, vinculado afectivamente a Yaiza, siendo además copropietario de las Salinas de Janubio. El público abarrotó la Casa de la Cultura Benito Pérez Armas para seguir el inicio de fiestas en honor a la virgen de Los Remedios.

Don Francisco Padrón hizo un semblanza de cómo debían apañárselas los sanitarios para curar y aliviar pacientes de la Isla en la década del cincuenta y sucesivas. El doctor Padrón fue nombrado médico de Yaiza en 1.949, justo el año en que se aprueba iniciar la integración del municipio de Femés en Yaiza. “La población de Yaiza no llegaba a las 1.500 personas, y Femés eran menos de 600”, recordando que encontró “un pueblo de gente amable, cariñosa y afectuosa”. Aunque es especialista en aparato digestivo, le tocó atender desde un parto hasta una autopsia. Pasaba consulta, primero, en la actual sede de alcaldía, y luego, en la casa del médico de Uga, pero si un enfermo no podía desplazarse, iba a su lugar de residencia o donde hiciera falta. “Cercano a la gente, dedicado en cuerpo y alma a la medicina, ofreció sin miramientos gran parte de su vida al municipio de Yaiza”, apuntó la alcaldesa.

El médico titular de un pueblo de hace 40 ó 50 años, rememoró el pregonero, “tenía encomendadas tareas como auxiliar a la Justicia, a la Administración, al Ejército y a los heridos hasta su curación dando cuenta al juez, o acudiendo al mandato del alcalde”.  En esa época apenas había especialistas, no existían los ambulatorios, ni el número de médicos de que disponen actualmente los ciudadanos. “Ejercíamos la profesión con nuestros conocimientos y nuestras manos en la consulta, o bien en el domicilio del enfermo donde, con nuestro saber y la ayuda de Dios, tratábamos de resolver los problemas, y que, solos, teníamos que solventar”. El Hospital Insular fue el primer signo de desaparición de la escasez de facultativos.

En el pregón de Don Francisco no faltó ese punto de humor indispensable en una cita plagada de recuerdos. Salvador Santana, propietario del único bar restaurante que en su momento había en Playa Blanca, contó que en una reunión de amigos le dijo a uno de los tertulianos, que al parecer se encontraba enfermo, refiriéndose al doctor Padrón: “vete a que te vea Don Francisco, que si no ve la cosa clara, compra el cajón que pronto lo vas a necesitar”.

El pregonero, antes de referirse a las Salinas de Janubio, tuvo palabras de agradecimiento para los practicantes médicos de su época y amigos y compañeros de profesión, entre ellos, el doctor José Molina Orosa, a quienes enalteció por el desempeño de su trabajo.

Como bien anotó la alcaldesa, aunque Don Francisco pasó su niñez y juventud en Mácher, siente Yaiza como su tierra y los vínculos con el municipio, si se quiere, son aún más estrechos. Además del invaluable servicio que prestó a sus vecinos en el área de la medicina, es copropietario de las Salinas de Janubio, uno de los sitios emblemáticos del sur de Lanzarote. La propiedad, junto a las personas que han trabajado allí durante más de cien años, han permitido la conservación de este hermoso centro extractivo artesanal de sal marina.

“Las actuales salinas se remontan a la existencia de un campo erial en el que se cultivaban productos como el trigo, maíz, centeno y cebada. Éste es un dato muy poco conocido, puesto que Janubio comienza a configurarse como salinas en 1.895”, comentó el pregonero.

“La construcción de las Salinas de Janubio se inicia con Don Vicente Lleó Benlliure, dejando el testigo a su sobrino Don Jaime Lleó Mira, mi suegro, quien, en colaboración con la familia Cerdeña y Don Ginés Díaz, continuaron la labor hasta concluirlas aproximadamente en el año 1.945. Son las más grandes de Canarias y, según dicen los entendidos, su trazado es muy ingenioso”. Don Francisco Padrón Viñas agradeció públicamente a las mujeres y hombres que han contribuido a conservar durante muchos años la industria artesanal y abogó por el mantenimiento de Janubio. El pregonero se mostró muy complacido por la invitación del Ayuntamiento y su frase final da una idea del cariño que le tiene al municipio: “Para terminar, les diré que no puedo olvidarme de Yaiza”. El público cerró el acto con una fuerte ovación.  En la mesa principal también estuvo el concejal de Festejos, Javier Camacho.

 

‘Costumbres y tradiciones’

Seguidamente, Gladys Acuña invitó a Don Francisco Padrón a la apertura de la exposición ‘Costumbres y Tradiciones’, exquisitamente montada en tres salones de la Casa de la Cultura. Los visitantes tienen la magnífica oportunidad de apreciar, con elementos y utensilios de antaño, cómo eran los distintos espacios de una vivienda en Yaiza, y las herramientas y vestuario que usaban los trabajadores del sector primario. Asimismo, hay una habitación dedicada a los tenderos que muestra la forma en que se exponían productos de consumo básico. El público asistente a la inauguración quedó encantado con las peculiaridades de la muestra.

 

‘Noche de baile y parrandas’

El primer día de fiestas fue intenso y repleto de alegrías y emociones. Después del pregón, la apertura de la exposición y disfrutar de comida típica en los ventorrillos, jóvenes y adultos recargaron pilas para cantar y bailar. Tres agrupaciones fantásticas prendieron el tenderete en la plaza del pueblo.

Raíces, El Golpito y El Geito no solo interpretaron música canaria, sones cubanos y aires mexicanos, entre otros ritmos, sino que con sus arreglos y gracia conquistaron a un público totalmente entregado que dio la mejor respuesta posible: aplausos y baile. La plaza a media noche se convirtió en el epicentro del goce, la integración y el buen rollo. Las fiestas sólo han comenzado. Yaiza abre los abrazos para acoger a vecinos de Lanzarote y turistas a quienes invita a compartir el programa de celebraciones en honor a la virgen de Los Remedios.

 

 

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